PUNK HARDCORE SIN FECHA DE CADUCIDAD: CIRCLE JERKS Y GORILLA BISCUITS EN SAN DIEGO

CONCIERTOS

9/8/20252 min read

El ambiente en The Observatory North Park estaba cargado. No era solo otro jueves en San Diego: los clásicos del hardcore punk estaban por subir al escenario, y los fans lo sabían

Calentando motores: Gorilla Biscuits.
Gorilla Biscuits salió al escenario con la certeza de que su legado straight-edge aún pesa — ya no solo como recuerdo, sino como llama viva. Los “viejos veteranos” seguían siendo potentes: riffs rápidos, cantos comunitarios, la pasión intacta. Tocaron clásicos de Start Today, mezclados con himnos como New Direction, Stand Still, Good Intentions, Biscuit Power, entre otros.

El público respondió: pits, coros, manos al aire y una energía compartida entre generaciones. No eran solo los que vivieron esos discos originales; había muchísima gente joven que los coreaba con la misma devoción. Esa comunión entre pasado y presente es de las mejores virtudes del punk

El setlist fue una dosis concentrada de clásicos: Deny Everything, Letterbomb, Stars and Stripes, Back Against the Wall, Wild in the Streets, When the Shit Hits the Fan, entre otros. Canciones cortas, potentes, detonantes. Se extrae en cada riff, en cada frase, una mezcla de nostalgia y vitalidad.

El show fue una celebración del hardcore como resistencia, como columna vertebral de algo que no se deja domesticar. No fue solo nostalgia: fue vitalidad, reivindicación, es un recordatorio de que lo que importa no es la juventud, es la honestidad.

Los veteranos toman el control.
Cuando Circle Jerks sube al escenario, todo cambia. Keith Morris, Greg Hetson, Zander Schloss, y compañía parecían tener una misión: demostrar que los años no apagan lo esencial del punk, lo encienden de otra forma. A pesar del paso del tiempo, la voz de Morris, esos gritos cortantes, la actitud de “aquí estamos aún”, cargada de ironía, energía y autenticidad, dominan el lugar.